El Aguilucho de cola rojiza (Buteo ventralis) es una de las aves rapaces más amenazadas del cono sur de Sudamérica, siendo catalogada como una especie Vulnerable a nivel internacional por la IUCN y por el Reglamento de Clasificación de Especies según Estado de Conservación en Chile. Previo a los estudios que comenzamos en 2017, sólo cuatro nidos habían sido descritos para la especie, tres de ellos en la primera mitad del siglo XX. La aparente rareza de este hermoso aguilucho y el enorme vacío de información sobre su historia natural nos motivó a comenzar con la búsqueda de sitios reproductivos y con ello proyectar un monitoreo a largo plazo. Hasta la fecha hemos sumado más de 40 nidos nuevos para la ciencia.
Hasta ahora, con escasos recursos hemos podido prospectar parejas reproductivas a lo largo de toda su distribución, incluso aumentando considerablemente su distribución septentrional conocida. Gracias a este trabajo hoy sabemos que sus poblaciones son extremadamente escasas en los extremos norte, sur y este de su distribución, es decir, entre las regiones de Valparaíso y Maule, entre Aysén y Magallanes y a lo largo del oeste de la Patagonia Argentina.
Las extensas campañas de búsqueda han resultado en más de 60 sitios reproductivos confirmados, la mayoría situados en las regiones del Biobío, La Araucanía y Los Ríos. Gran sorpresa causó el hallazgo de varias parejas territoriales en la costa de la región del Maule, y más sorpresivo aún fue el encuentro con algunas parejas en las regiones de O´Higgins y Valparaíso, además de dos ejemplares juveniles entre las regiones Metropolitana y de Valparaíso, registros que extienden su límite actual de distribución conocida y confirman que la especie aún no se ha extinguido en tales zonas de Chile central.
Los sitios reproductivos son vitales para la supervivencia de la especie, ya que es allí donde los aguiluchos producen las nuevas generaciones. Otro aspecto crítico para la conservación de esta mítica rapaz, son las amenazas derivadas de las actividades humanas, como la deforestación y la persecución debida a la depredación de aves de corral. Para asegurar la permanencia de la especie, se requiere monitorear y proteger la mayor cantidad de sitios reproductivos posible a lo largo de su distribución, generando a la vez soluciones al conflicto humano-rapaz para evitar la persecución humana, que es la principal causa de muerte de juveniles y adultos. Todo esto requiere de fuentes de financiamiento permanente. ¡Ayúdanos a proteger a la rapaz más amenazada de Chile!